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Vitoria capiral verde europea 2012

Actualizado: 17:07

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Memoria Green

«Vitoria ya no puede pasar desapercibida, ya no hay complejos que valgan, ya no puede haber vuelta atrás»

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03/07/2012

En una particular historia del espíritu "green" en Vitoria-Gasteiz podríamos remontarnos al siglo XIX cuando en 1820, durante el trienio liberal, surgió en la ciudad el Parque de la Florida con su jardín francés. Unos años más tarde, en la década de los 50 del mismo siglo, la Desamortización propició la aparición de un Instituto de Enseñanza Media y un jardín inglés en el mismo parque. Al mismo tiempo, en el Campo de Judimendi se habían realizado plantaciones para mantenerlo como espacio verde respetando, de esta manera, el compromiso de la ciudad con sus antiguos propietarios, aquellos judíos expulsados en 1492. Históricos son también otros espacios verdes como el Prado, el campo de Arana, el de Arriaga, Olárizu? Todos ellos se sumaron como patrimonio colectivo integrador de la "naturaleza" en la ciudad. La pequeña "Atenas del Norte" también fue conocida por sus parques y paseos arbolados periurbanos. Las bondades de éstos fueron "sostenidas", mantenidas para generaciones venideras y heredadas en la siguiente centuria, en el siglo XX. Afortunadamente la historia no acaba ahí, todo lo contrario. En el siglo pasado, con la Dictadura y el Desarrollismo, el espíritu Green se escribió con "G" de Gamarra.

En unos sobrantes de terrenos adquiridos para la promoción de zonas industriales, en principio se pensó construir un barrio, Uraldegana, con 400 viviendas de la Obra Sindical del Hogar. Sin embargo, con mayor acierto, la barriada fue levantada en Zaramaga y en su lugar en 1964 se inauguró lo que entonces conocimos como "playa" de Gamarra. Junto al bosque de ribera del río Zadorra se realizaron plantaciones arbóreas, campos deportivos y piscinas. Gamarra carecía del romanticismo de la Florida, pero superaba a ésta en otros valores verdes y sociales. Nació como parque público integrador y fue un proyecto ilusionante para los vitorianos, sobre todo para las nuevas generaciones del momento. El agua y el verde, más que admirados, fueron disfrutados por vitorianos y por foráneos. Muchos de éstos conocieron Vitoria a través de Gamarra, disfrutando de una jornada familiar o de una excursión escolar.

Una imagen "green" del siglo XX es la de la forma en que los vitorianos se acercaban al parque: unos andando y otros en bici por el amplio carril de bicicletas del Portal de Gamarra. Con todo, la mayoría lo hacía en el recién estrenado transporte colectivo municipal o en aquel "trenico" eléctrico Vasco-Navarro; muchos de sus vagones también eran verdes, como el actual EuskoTran. En 1967 el efímero "tranvía" desapareció por decisiones que superaban el ámbito competencial vitoriano, pero el espíritu verde permaneció y se consolidó. A partir de aquella década prodigiosa, los espacios verdes surgieron en todas las direcciones, -parque del Norte, de San Martín, Aranbizkarra Armentia, Zabalgana, Salburua?-, y Vitoria-Gasteiz sería conocida por su ratio de m2 de espacio verde por habitante. Además, con la Democracia el espíritu "green" se consolidó, ampliándose y transformándose para llegar al concepto de la ciudad sostenible. Las políticas urbanísticas locales comenzaron a impregnarse de una mayor preocupación medioambiental y social. Así, durante la crisis de los años 80 el reaprovechamiento urbano y la rehabilitación urbana se combinaron con el reciclaje, la peatonalización de calles, el ahorro energético y la concienciación medioambiental. Los gasteiztarras respondieron a estos nuevos retos sin fisuras, con un consenso general, a pesar de la existencia lógica de algunas discrepancias y de sentir Garoña tan cerca. La alta rentabilidad social obtenida en estos empeños es incuestionable y se palpa en el imaginario local. El reconocimiento externo ha llegado cuando la, en principio, "discreta capital" de Euskadi se ha convertido en la Capital Verde de Europa. Ahora la ciudad ya no puede pasar desapercibida, ya no hay complejos que valgan, ya no puede haber vuelta atrás.

Vitoria-Gasteiz es hoy una ciudad "de marca", pero ésta no es comercial. Los anhelos, las ilusiones y el consenso en lograr este sello en el continente europeo han estado al margen del marketing y de intereses privados. No lo olvidemos. Si la marca es de todos y para todos, será más fácil exportar nuestro modelo al mundo en el contexto de la globalización y de la postmodernidad. El valor de la "memoria verde" mantenida hasta la actualidad es el de su propia proyección hacia el futuro, ante los nuevos retos y para las nuevas generaciones. Al igual que la Florida, el Prado o Gamarra se han preservado como lugares verdes de ocio y de sociabilidad, dando una identidad a Vitoria-Gasteiz. La capitalidad verde sólo será un éxito si sabemos "sostenerla" a lo largo del tiempo y con alta rentabilidad social.

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