Estás en:

Vitoria, capital verde europea

>

noticias

>

Los pintores de la 'green capital'

Vitoria capiral verde europea 2012

Actualizado: 19:02

Vitoria, capital verde europea

VITORIA CAPITAL VERDE DE EUROPA 2012

Los pintores de la 'green capital'

Los tres gestores que han puesto apellido a la concepción, crianza y promoción de la Vitoria sostenible señalan el camino a seguir tras la conquista europea

Comparte esta noticia »
CerrarEnvía la noticia

Rellena los siguientes campos para enviar esta información a otras personas.

* campos obligatorios
Cerrar Rectificar la noticia

Rellene todos los campos con sus datos.

* campos obligatorios
Los pintores de la 'green capital'

Tags

I. OCHOA DE OLANO | VITORIA.31/01/2011

Es la trayectoria, en tres actos, de cómo una sencilla urbe, dotada de unos mimbres naturales de excepción, se ha transformado en un admirado modelo de desarrollo sostenible, ahora premiado por la Unión Europea con un año, 2012, en la pasarela internacional. Un trío de gestores ha puesto su apellido a la concepción, crianza y promoción de una criatura verde gestada, en realidad, por un puñado de técnicos sobradamente preparados y comprometidos. Patxi Lazcoz, Alfonso Alonso y José Ángel Cuerda cuentan cómo se amamantó la Vitoria verde a lo largo de las tres últimas décadas, analizan el impacto del galardón European Green Capital y señalan el camino a seguir ahora.

Patxi Lazcoz
«La ciudad ya tiene el orgullo identitario del que adolecía»
Probablemente, el mayor mérito del actual alcalde en materia medioambiental sea haber amplificado de manera definitiva el prestigio de Vitoria como ecociudad. Así se lo propuso nada más llegar a la Alcaldía, en una estrategia secreta que ahora 'desclasifica'. Paradójicamente, mientras apostaba por debilitar el Centro de Estudios Ambientales (CEA) -el auténtico Munch de la 'green capital'- y remoloneaba con la puesta en marcha del heredado Plan de Movilidad Sostenible -que se ha traducido en una exitosa renovación del transporte público-, el regidor socialista rumiaba a la vez el modo de encumbrar la urbe por su política verde. O de vivienda, o social o comercial.
«Esta ciudad es capaz de hacer cosas singulares hasta el punto de ser la mejor en muchas cosas. Sin embargo, carecíamos de un orgullo identitario, de un sentimiento efervescente y de carácter transversal, que afectara lo mismo a nuestra condición de capital de Euskadi, que a nuestra condición de integrantes una ciudad ejemplar en muchos aspectos», explica.
Patxi Lazcoz tenía claro que un político nunca lograría ese objetivo a golpe de insistir machaconamente con que «somos los mejores». «Se pondría bajo sospecha porque se interpretaría como una venta de gestión. Era una cuestión de credibilidad», señala. El reconocimiento, pensó, tenía que venir de fuera y de un ente 'neutral'. «Requería el paso de un examen y de un jurado reputado, pero desvinculado de cualquier sigla», apostilla. Con esas coordenadas en mente, el primer edil mandó que le elaboraran una «recopilación de los reconocimientos internacionales más prestigiosos en todos los ámbitos».
Lazcoz desvela ahora abiertamente que la triunfal participación de Vitoria en la European Green Capital tuvo un ensayo fallido. «Hubo un intento anterior, pero resultó frustrado. No teníamos experiencia en el ámbito de las instituciones europeas». Aquella tentativa resultó ser, no obstante, una gran escuela de la que, hace diez días, Vitoria salió doctorada y, Lazcoz, con birrete. Y todo ello, in extremis, a falta de apenas siete meses para que el regidor se enfrente a su examen más decisivo, el de las urnas. Una conquista trascendental para la ciudad y, al mismo tiempo, un potente golpe de efecto para su actual gestor.
Con el premio bajo el brazo y la satisfacción de haber azuzado los rescoldos del intermitente vitorianismo, el alcalde se propone ahora «poner en valor el patrimonio natural» y atornillar los distintos flancos de que consta la ecología urbana. Porque «las piezas que la componen están claras y los grande hitos ya están hechos». Entre sus prioridades, además de la organización de 2012 como año estelar de la Vitoria verde en el Viejo Continente, Lazcoz se compromete a «acelerar» la culminación el anillo verde, a rebajar de manera sustancial las emisiones de CO2, a dificultar con una semaforización «impertinente» el tránsito de coches privados y a «cambiar nuestra posición en Euskadi» con un galardón que, vaticina, «alterará el curso de la historia de esta ciudad».
-¿Incluido el del Sur?
-Eso dependerá de cómo acabe el Plan General. Está cerca del patrimonio natural más importante de Álava y del País Vasco (los Montes de Vitoria), por lo que cualquier actuación (urbanística), si la tiene que haber, deberá ser liviana. La prioridad ahora es crecer hacia dentro.
Alfonso Alonso
«El premio es un punto de inflexión para recuperar las políticas verdes»
Alfonso Alonso rebobina hasta situarse a finales de los noventa, cuando tomó el bastón de mando de la ciudad. En un ejercicio de sinceridad infrecuente en su gremio, admite que la sostenibilidad no se encontraba entre las prioridades de su programa de gobierno. «En modo alguno era el elemento central. En aquel momento lo era la tremenda demanda de vivienda que había y la imposibilidad para toda una generación de independizarse».
Sin embargo, «el mensaje de la importancia de adquirir hábitos saludables y la cohesión social que generaba me acabó calando, al igual que ocurrió con el resto de ciudadanos». «Mi gestión, como todo en la vida, fue un proceso de aprendizaje y poco a poco entendí, de la mano de los técnicos del CEA, que la sostenibilidad era claramente la apuesta de la ciudad», cuenta el dirigente conservador. «Así, mientras mi primera foto de campaña fue entre pisos, la segunda fue con Pizarro (el entonces concejal de Medio Ambiente) en las balsas de Salburua», resume.
Para entonces, y al calor de un tranvía que se abría paso por la ciudad, Alonso ya meditaba encargar el Plan de Movilidad Sostenible. Un proyecto doblemente revolucionario ya que, por un lado, implicaba un profundo cambio en la forma de desplazarse de los ciudadanos y, por otro, nacía desde el Departamento de Medio Ambiente -no de Urbanismo ni de Vía Pública- para su desarrollo por parte del CEA, lo que generó una «fuerte polémica interna». El sempiterno tira y afloja entre el escuadrón del cemento y el de la ecología. Entretanto, en uno de los tesoros naturales de la 'green capital', a los pies de las antiguas balsas de Zurbano, se ponía la primera piedra del centro de interpretación de la naturaleza Ataria.
Tras su salida de la Alcaldía, en 2007, el presidente del PP en Álava aprecia un paulatino «abandono las políticas verdes» que, paradójicamente, no ha impedido a la ciudad obtener un premio «muy potente» y del que se alegra. «Será un punto de inflexión para regresar a la senda lo de la sostenibilidad y devolver a Vitoria su portavocía nacional en medio ambiente». Para ello cree imprescindible, eso sí, «cerrar el Sur ya», rematar el anillo verde, y confeccionar el Plan General de Ordenación Urbana «bajo criterios verdes y no económicos».
José Ángel Cuerda
«El desarrollo sostenible ha perdido contenido; hay que hacer autocrítica»
El lenguaje del marketing sigue siendo de difícil comprensión para el presidente de la Corporación más longevo en el cargo. Por eso, le resulta «insólito» el «espectáculo» de la Corporación en Estocolmo o que «ahora se tiren tantos cohetes cuando hace ya veintitantos años Vitoria fue reconocida con el Europa Nostra». Aunque admite el «efecto amable» del nuevo galardón porque «nos hace sentir más vinculados a la ciudad», José Ángel Cuerda aboga por aprovechar la buena nueva para «hacer autocrítica con valentía».
El ex alcalde nacionalista sitúa el punto de partida de ese ejercicio en la necesidad de efectuar un «analísis riguroso del desarrollo sostenible», un concepto que de tanto usarlo, dice, se ha vaciado hasta difuminarse «los cimientos que lo sustentan: la dimensión social, la económica y la medioambiental, y que deben aglutinarse bajo una política integral», enfatiza.
Por eso, Cuerda aprecia contradicciones entre la actitud de «mirarnos el ombligo» y «abordar problemas sociales nuevos, como la pobreza o la inmigración, con herramientas de hace treinta años». «Se requiere una refundación de la política social porque algunos mecanismos están agotados de puro cansancio», enfatiza.
Pero no sólo le chirría la «burocratización» de la atención social en una ciudad que presume de su alto grado de sostenibilidad. También que se vaya a construir una nueva estación de autobuses «en el quinto pino», que se proyecte un auditorio para «sólo» 1.500 personas, que el tranvía atraviese el corazón de la ciudad o que el Buesa Arena asista a una nueva ampliación. Es hora de «preguntarnos qué estamos haciendo y adónde vamos», sentencia.

Comparte esta noticia »

Vocento
© Copyright EL CORREO DIGITAL, S.L., Sociedad Unipersonal C.I.F.: B-95050357
Domicilio c/ Pintor Losada, 7 (48004) Bilbao