I. OCHOA DE OLANO | VITORIA.31/01/2011
Es la trayectoria, en tres actos, de cómo una sencilla
urbe, dotada de unos mimbres naturales de excepción, se ha transformado
en un admirado modelo de desarrollo sostenible, ahora premiado por la
Unión Europea con un año, 2012, en la pasarela internacional. Un trío de
gestores ha puesto su apellido a la concepción, crianza y promoción de
una criatura verde gestada, en realidad, por un puñado de técnicos
sobradamente preparados y comprometidos. Patxi Lazcoz, Alfonso Alonso y
José Ángel Cuerda cuentan cómo se amamantó la Vitoria verde a lo largo
de las tres últimas décadas, analizan el impacto del galardón European
Green Capital y señalan el camino a seguir ahora.
Patxi Lazcoz
«La ciudad ya tiene el orgullo identitario del que adolecía»
Probablemente, el mayor mérito del actual alcalde en
materia medioambiental sea haber amplificado de manera definitiva el
prestigio de Vitoria como ecociudad. Así se lo propuso nada más llegar a
la Alcaldía, en una estrategia secreta que ahora 'desclasifica'.
Paradójicamente, mientras apostaba por debilitar el Centro de Estudios
Ambientales (CEA) -el auténtico Munch de la 'green capital'- y
remoloneaba con la puesta en marcha del heredado Plan de Movilidad
Sostenible -que se ha traducido en una exitosa renovación del transporte
público-, el regidor socialista rumiaba a la vez el modo de encumbrar
la urbe por su política verde. O de vivienda, o social o comercial.
«Esta ciudad es capaz de hacer cosas singulares hasta el
punto de ser la mejor en muchas cosas. Sin embargo, carecíamos de un
orgullo identitario, de un sentimiento efervescente y de carácter
transversal, que afectara lo mismo a nuestra condición de capital de
Euskadi, que a nuestra condición de integrantes una ciudad ejemplar en
muchos aspectos», explica.
Patxi Lazcoz tenía claro que un político nunca lograría
ese objetivo a golpe de insistir machaconamente con que «somos los
mejores». «Se pondría bajo sospecha porque se interpretaría como una
venta de gestión. Era una cuestión de credibilidad», señala. El
reconocimiento, pensó, tenía que venir de fuera y de un ente 'neutral'.
«Requería el paso de un examen y de un jurado reputado, pero
desvinculado de cualquier sigla», apostilla. Con esas coordenadas en
mente, el primer edil mandó que le elaboraran una «recopilación de los
reconocimientos internacionales más prestigiosos en todos los ámbitos».
Lazcoz desvela ahora abiertamente que la triunfal
participación de Vitoria en la European Green Capital tuvo un ensayo
fallido. «Hubo un intento anterior, pero resultó frustrado. No teníamos
experiencia en el ámbito de las instituciones europeas». Aquella
tentativa resultó ser, no obstante, una gran escuela de la que, hace
diez días, Vitoria salió doctorada y, Lazcoz, con birrete. Y todo ello,
in extremis, a falta de apenas siete meses para que el regidor se
enfrente a su examen más decisivo, el de las urnas. Una conquista
trascendental para la ciudad y, al mismo tiempo, un potente golpe de
efecto para su actual gestor.
Con el premio bajo el brazo y la satisfacción de haber
azuzado los rescoldos del intermitente vitorianismo, el alcalde se
propone ahora «poner en valor el patrimonio natural» y atornillar los
distintos flancos de que consta la ecología urbana. Porque «las piezas
que la componen están claras y los grande hitos ya están hechos». Entre
sus prioridades, además de la organización de 2012 como año estelar de
la Vitoria verde en el Viejo Continente, Lazcoz se compromete a
«acelerar» la culminación el anillo verde, a rebajar de manera
sustancial las emisiones de CO2, a dificultar con una semaforización
«impertinente» el tránsito de coches privados y a «cambiar nuestra
posición en Euskadi» con un galardón que, vaticina, «alterará el curso
de la historia de esta ciudad».
-¿Incluido el del Sur?
-Eso dependerá de cómo acabe el Plan General. Está cerca
del patrimonio natural más importante de Álava y del País Vasco (los
Montes de Vitoria), por lo que cualquier actuación (urbanística), si la
tiene que haber, deberá ser liviana. La prioridad ahora es crecer hacia
dentro.
Alfonso Alonso
«El premio es un punto de inflexión para recuperar las políticas verdes»
Alfonso Alonso rebobina hasta situarse a finales de los
noventa, cuando tomó el bastón de mando de la ciudad. En un ejercicio de
sinceridad infrecuente en su gremio, admite que la sostenibilidad no se
encontraba entre las prioridades de su programa de gobierno. «En modo
alguno era el elemento central. En aquel momento lo era la tremenda
demanda de vivienda que había y la imposibilidad para toda una
generación de independizarse».
Sin embargo, «el mensaje de la importancia de adquirir
hábitos saludables y la cohesión social que generaba me acabó calando,
al igual que ocurrió con el resto de ciudadanos». «Mi gestión, como todo
en la vida, fue un proceso de aprendizaje y poco a poco entendí, de la
mano de los técnicos del CEA, que la sostenibilidad era claramente la
apuesta de la ciudad», cuenta el dirigente conservador. «Así, mientras
mi primera foto de campaña fue entre pisos, la segunda fue con Pizarro
(el entonces concejal de Medio Ambiente) en las balsas de Salburua»,
resume.
Para entonces, y al calor de un tranvía que se abría paso
por la ciudad, Alonso ya meditaba encargar el Plan de Movilidad
Sostenible. Un proyecto doblemente revolucionario ya que, por un lado,
implicaba un profundo cambio en la forma de desplazarse de los
ciudadanos y, por otro, nacía desde el Departamento de Medio Ambiente
-no de Urbanismo ni de Vía Pública- para su desarrollo por parte del
CEA, lo que generó una «fuerte polémica interna». El sempiterno tira y
afloja entre el escuadrón del cemento y el de la ecología. Entretanto,
en uno de los tesoros naturales de la 'green capital', a los pies de las
antiguas balsas de Zurbano, se ponía la primera piedra del centro de
interpretación de la naturaleza Ataria.
Tras su salida de la Alcaldía, en 2007, el presidente del
PP en Álava aprecia un paulatino «abandono las políticas verdes» que,
paradójicamente, no ha impedido a la ciudad obtener un premio «muy
potente» y del que se alegra. «Será un punto de inflexión para regresar a
la senda lo de la sostenibilidad y devolver a Vitoria su portavocía
nacional en medio ambiente». Para ello cree imprescindible, eso sí,
«cerrar el Sur ya», rematar el anillo verde, y confeccionar el Plan
General de Ordenación Urbana «bajo criterios verdes y no económicos».
José Ángel Cuerda
«El desarrollo sostenible ha perdido contenido; hay que hacer autocrítica»
El lenguaje del marketing sigue siendo de difícil
comprensión para el presidente de la Corporación más longevo en el
cargo. Por eso, le resulta «insólito» el «espectáculo» de la Corporación
en Estocolmo o que «ahora se tiren tantos cohetes cuando hace ya
veintitantos años Vitoria fue reconocida con el Europa Nostra». Aunque
admite el «efecto amable» del nuevo galardón porque «nos hace sentir más
vinculados a la ciudad», José Ángel Cuerda aboga por aprovechar la
buena nueva para «hacer autocrítica con valentía».
El ex alcalde nacionalista sitúa el punto de partida de
ese ejercicio en la necesidad de efectuar un «analísis riguroso del
desarrollo sostenible», un concepto que de tanto usarlo, dice, se ha
vaciado hasta difuminarse «los cimientos que lo sustentan: la dimensión
social, la económica y la medioambiental, y que deben aglutinarse bajo
una política integral», enfatiza.
Por eso, Cuerda aprecia contradicciones entre la actitud
de «mirarnos el ombligo» y «abordar problemas sociales nuevos, como la
pobreza o la inmigración, con herramientas de hace treinta años». «Se
requiere una refundación de la política social porque algunos mecanismos
están agotados de puro cansancio», enfatiza.
Pero no sólo le chirría la «burocratización» de la
atención social en una ciudad que presume de su alto grado de
sostenibilidad. También que se vaya a construir una nueva estación de
autobuses «en el quinto pino», que se proyecte un auditorio para «sólo»
1.500 personas, que el tranvía atraviese el corazón de la ciudad o que
el Buesa Arena asista a una nueva ampliación. Es hora de «preguntarnos
qué estamos haciendo y adónde vamos», sentencia.