Premios Oscar 2010

 

Perfiles. Los protagonistas de los Oscar

La estrella de la puerta de al lado

Sandra Bullock es Leigh Anne, un ama de casa que adopta a un muchacho negro al que los demás sólo quieren por su potencial atlético: un papel de mujer nornal, una heroína cotidiana que se aparta del tipo de papel en el que nos gusta verla

por Antonio Weinrichter

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La estrella de la puerta de al lado

Sandra Bullock, en 'The Blind Side'.

La consistencia de su estrellato reside en que es una de las reinas de la comedia romántica actual, sabe resultar graciosa sin pasarse de payasa, es decir, sabe tomarse en serio el romance y conoce las reglas de la guerra de sexos

Sandra Bullock ha sido nominada al Oscar por 'The Blind Side', una película de tema deportivo y de buenos sentimientos, una combinación letal que hará que sus méritos sean mejor entendidos por el público americano (ya la ha hecho triunfar en la taquilla) que aquí en Europa. Sandra es Leigh Anne, un ama de casa que adopta a un muchacho negro al que los demás sólo quieren por su potencial atlético: un papel de mujer nornal, una heroína cotidiana que se aparta del tipo de papel en el que nos gusta verla. Es una actriz de registro amplio, capaz de resultar plenamente convincente tanto en películas de acción (se reveló como la intrépida conductora de 'Speed', nos hizo sufrir con ella las conspiraciones de 'La red', nos hizo comprender la neurosis de su mujer detective en Asesinato 1- 2- 3) como en el drama (ahí están el thriller dramático 'Tiempo de matar' y el film coral de culto 'Crash'). Pero Sandra nos gusta más cuando se pone divertida: incluso un policiaco menor como 'Miss Agente' especial (que mereció una secuela) se redime gracias al dominio con que sabe plasmar el papel de una dura (basta, casi) mujer policía que debe hacerse pasar por una boba miss para solucionar un caso.

La consistencia de su estrellato reside en que es una de las reinas de la comedia romántica actual (con Julia Roberts, cuando se pone) una vez que Meg Ryan nos ha dejado plantados. Sandra sabe resultar graciosa sin pasarse de payasa, es decir, sabe tomarse en serio el romance y conoce las reglas de la guerra de sexos: no hay más que ver cómo consigue convertir en visible su papel de ejecutiva en apuros con un novio de pega en la liviana pero efectiva 'La proposición', uno de sus últimos títulos estrenados. Cuando el partenaire no acompaña (Bradley Cooper en 'Loca obsesión', Ben Affleck en 'Las fuerzas de la naturaleza', Bill Pullman en 'Mientras dormías') su trabajo se resiente por falta de química, no porque ella no esté a la altura. Pero hay que ver cómo se crece y le roba la titularidad estelar  a Nicole Kidman en 'Prácticamente magia', o cómo mide fuerzas con Hugh Grant (ese astro perezoso que es un peligro para sus compañeras de plano) en 'Amor con preaviso'.

La clave está en que Sandra es así de comestible y estupenda en la vida real: recuerdo la vez que la entrevisté y venció cualquier reserva que pudiera tener, haciendo ella misma el chiste sobre su apellido (Bullock suena igual que "pelotas" en inglés, como sabe cualquier fan de los Sex Pistols) y trabajando realmente para convencerme de que lo de 'Speed 2' no era culpa suya... Y el problema reside en que aparte de no respetar demasiado a los actores divertidos, los miembros de la Academia suelen pensar que no tienen que esforzarse para serlo, que son así. Pero Sandra Bullock tiene esa mezcla de chica de la puerta de al lado y de madera estelar que ha producido algunas de las estrellas más perdurables del cine americano. El principal obstáculo que tiene para la ceremonia de este año es que compite con Meryl Streep, que sí tiene que esforzarse para parecer normal. 

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Tráiler de 'The blind side'.

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