Premios Oscar 2010

 

Críticas. Las películas de los Oscar

La guerra políglota
  • MALDITOS BASTARDOS: EE UU. 2009. 153 m. Acción.
  • Director: Quentin Tarantino
  • Intérpretes: Brad Pitt, Diane Kruger, Mélanie Laurent, Christoph Waltz, Daniel Brühl, Eli Roth, Samm Levine

La guerra políglota

Brad Pitt comanda a un pelotón de soldados judíos aficionados a cortar cabelleras nazis

por O.L. Belategui

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La guerra políglota

El último delirio de Tarantino es la sangrienta crónica de cómo podría haber acabado la guerra si sus personajes hubieran existido.

Quien arrebata hasta el escalofrío es el austriaco Christoph Waltz, que borda el villano nazi más carismático hasta la fecha, cerebral y políglota

Érase una vez en la Francia ocupada...". Para que no haya dudas sobre su condición de fábula, 'Malditos bastardos' se inicia con un rótulo que remite a 'Érase una vez en el Oeste', de la que toma las mil bandas sonoras con las que Morricone ayudó a inventar el 'spaguetti western'. Brad Pitt comanda en el póster a un pelotón de soldados judíos aficionados a cortar cabelleras nazis. Pero más protagonista que los 'bastardos' es una granjera francesa huérfana tras masacrar los alemanes a su familia, que años después regenta un cine parisino donde la cúpula del III Reich asistirá al estreno de un filme de propaganda.

El último delirio de Tarantino es la sangrienta crónica de cómo podría haber acabado la guerra si estos personajes hubieran existido. No es una película bélica al uso, y quien acuda buscando acción se sentirá defraudado. No hay escaramuzas, sino largas, larguísimas escenas de diálogos marca de la casa, donde los personajes divagan con la habitual gracia para la digresión que tiene el autor de 'Jackie Brown'. La tensión aumenta a cada nueva réplica hasta que, al final, estalla la violencia. A unos fascinará y a otros, aburrirá.

Pitt divierte en su composición de paleto sureño, obligado en una memorable secuencia a hacerse pasar por dandy italiano. Pero quien arrebata hasta el escalofrío es el austriaco Christoph Waltz, que borda el villano nazi más carismático hasta la fecha, cerebral y políglota. Y esa es otra. Porque ver 'Malditos bastardos' doblada al castellano acaba con todos los juegos y tensiones que surgen de la primera película de guerra donde cada contendiente habla su propio idioma.

El último delirio de Tarantino es la sangrienta crónica de cómo podría haber acabado la guerra si estos personajes hubieran existido. No es una película bélica al uso, y quien acuda buscando acción se sentirá defraudado. No hay escaramuzas, sino largas, larguísimas escenas de diálogos marca de la casa, donde los personajes divagan con la habitual gracia para la digresión que tiene el autor de 'Jackie Brown'. La tensión aumenta a cada nueva réplica hasta que, al final, estalla la violencia. A unos fascinará y a otros, aburrirá.

Pitt divierte en su composición de paleto sureño, obligado en una memorable secuencia a hacerse pasar por dandy italiano. Pero quien arrebata hasta el escalofrío es el austriaco Christoph Waltz, que borda el villano nazi más carismático hasta la fecha, cerebral y políglota. Y esa es otra. Porque ver 'Malditos bastardos' doblada al castellano acaba con todos los juegos y tensiones que surgen de la primera película de guerra donde cada contendiente habla su propio idioma.

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